Análisis de Global Fishing Watch ayuda a establecer zona restringida para pesca en el canal de Otranto

Albania lidera los esfuerzos para proteger los ecosistemas marinos vulnerables en las aguas del Mediterráneo

ⓒ Ben Dilley

El problema

La pesca ha sido durante mucho tiempo parte integral de la vida mediterránea y está profundamente arraigada en el tejido cultural y económico de las comunidades costeras de toda la región. De hecho, la pesca en el Mediterráneo da sustento a aproximadamente 180.000 personas y sostiene una industria regional valorada en 4.600 millones de euros.

Sin embargo, a pesar de su papel de larga data, las pesquerías del Mediterráneo están en crisis. En las últimas décadas, muchas especies objetivo de la pesca comercial han visto disminuir sus poblaciones como resultado de la sobrepesca. Mientras tanto, la presión sobre las poblaciones de peces es el doble del nivel que podría considerarse «sostenible». Esto es un problema no solo para el funcionamiento de los ecosistemas marinos, sino también para las numerosas economías locales que dependen de los ingresos de la pesca costera.

Un instrumento vital para abordar esta difícil situación es la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM), que representa a 22 países miembros y a la Unión Europea (UE) y tiene como objetivo garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos vivos, así como el desarrollo sostenible de la acuicultura en el Mediterráneo y el Mar Negro. Entre las medidas de gestión que pueden adoptarse a este nivel para mejorar el estado de las pesquerías se encuentra el establecimiento de zonas restringidas para la pesca (FRA, por sus siglas en inglés). En virtud de esta designación, se restringen o prohíben determinadas actividades pesqueras para conservar los hábitats y los ecosistemas de aguas profundas y  mejorar la producción de poblaciones de peces específicas.

Nuestro trabajo

En 2018, la organización no gubernamental MedReact propuso una nueva FRA para el mar Adriático en un esfuerzo por limitar los lugares donde podrían llevarse a cabo actividades pesqueras y apoyar la restauración de las poblaciones de peces locales. Sin embargo, la propuesta fue rechazada inicialmente debido a la falta de datos sobre sus posibles efectos en las comunidades locales. Para abordar esta brecha, se solicitó a Global Fishing Watch que proporcionara información sobre la distribución e intensidad de la actividad pesquera, lo que ayudaría a identificar dónde las restricciones limitadas podrían generar resultados positivos.

Cuatro años más tarde, tras sus contribuciones al comité asesor científico de la CGPM, el ministerio de Agricultura y Pesca de Albania contactó a Global Fishing Watch para que desarrollara un análisis de la actividad pesquera en el canal de Otranto basado en datos del sistema de identificación automática (AIS). El informe aclaró dónde y cuándo estaban presentes las embarcaciones pesqueras, en particular los barcos arrastreros, y reveló los riesgos que plantean a los ecosistemas marinos vulnerables, como los corales de aguas profundas.

Captura de pantalla de la zona restringida de pesca de Otranto, como se muestra en el mapa de Global Fishing Watch © 2024 Global Fishing Watch

Fue así como el analista de Global Fishing Watch para el Mediterráneo, Luca Marsaglia, se unió a la consulta oficial de las partes interesadas dirigida por la CGPM. Durante la consulta, se desarrolló un asesoramiento científico utilizando mapas de corales y distribuciones de camarones de aguas profundas junto con datos proporcionados por AIS y datos del sistema de monitoreo de embarcaciones (VMS), que ayudó a crear una imagen más completa de la actividad pesquera. Esto, junto con diversas recomendaciones de expertos, se presentó luego en el Comité Subregional de la CGPM para el Mar Adriático de 2024. Posteriormente, Global Fishing Watch se asoció con Albania para finalizar los límites orientales de la FRA propuesta.

La FRA del Canal de Otranto se adoptó oficialmente en la 47.ª sesión de la CGPM en noviembre de 2024, después de que primero se compartiera un esquema entre países de la UE y países no pertenecientes a la Unión. La FRA, fruto de la cooperación científica entre Italia y Albania, cubre una zona central de 1.986 kilómetros cuadrados con una zona de amortiguación regulada de cerca de 700 kilómetros cuadrados y es la undécima FRA designada por la CGPM y sus miembros. Las actividades de pesca de arrastre de fondo están totalmente prohibidas en esta zona central, lo que ayudará a proteger los ecosistemas marinos vulnerables, como el coral bambú Isidella elongata. Estas medidas también ayudarán a gestionar y restaurar los hábitats esenciales de peces de especies demersales, como los camarones rojos de aguas profundas.

"Establecer una nueva zona restringida para la pesca es un gran paso adelante para mantener la sostenibilidad de la pesca en el mar Adriático y proteger sus hábitats clave para la biodiversidad. Estamos orgullosos de haber apoyado al gobierno albanés, y en particular al departamento de pesca, en la cartografía y el análisis de la zona para entender dónde se podría aplicar mejor esta restricción. El contexto local es esencial para el éxito de estas medidas de gestión y esperamos continuar nuestro trabajo conjunto en los próximos años".

Mariagrazia Graziano,directora de programas para Europa y el Mediterráneo en Global Fishing Watch

“Después de un largo proceso de negociación, la propuesta de la FRA de Otranto finalmente se adoptó gracias a los esfuerzos de la Unión Europea, Albania y los expertos del Adriático. Creemos que este es un resultado innovador para la CGPM, pero en particular para el Adriático, una de las cuencas más sobreexplotadas del mundo. La creación de una nueva reserva marina en el Canal de Otranto es un paso más hacia la creación de una red de FRA en el Adriático: un modelo a replicar en el resto de la región mediterránea”.

Domitilla Senni,presidenta de MedReAct

Scroll al inicio